Fotos y texto: Diego Garanda
¡Qué mejor manera de comenzar un día!
Entrada del Palacio Viejo de las Corchuelas |
Un olor penetrante a café se coló por algún resquicio de la puerta de mi habitación y como por arte de magia desconectó mi subconsciente, enredado en una trepidante pesadilla que me atrapaba como ave de presa. Otro aroma, el de pan recién horneado, fue el que me dio el empujón definitivo para zafarme de los brazos de la pereza.
¡Qué mejor manera de comenzar un día! Pues sí, así es el despertar en el Palacio Viejo de las Corchuelas, una casa rural en el corazón del Parque Nacional de Monfragüe. Una caricia suave de aromas que reactiva tus papilas gustativas con mando a distancia.
Carmen Carbonell y Elisa Pizarro |
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