martes, 7 de mayo de 2013

LA PLAZITA (con z), UNA TABERNA ATÍPICA


Así reza la entrada de esta taberna ubicada en un rincón de la localidad madrileña de Valdemorillo

 Texto y fotos: Roberto & Diego
La barra de La Plazita no muestra los manjares que esconde su cocina.



Una casa de piedra haciendo esquina es la morada de las gratas sorpresas que puedes encontrar dentro. En el escaparate de la barra no se ve lo que en realidad esconde su pequeña cocina. Paciencia. Si utilizas esta virtud podrás pasar un rato bien agradable en esta barrita o en la intimidad de las contadas mesas instaladas.
El ambiente cambia en cuestión de metro y medio. Ricardo Casanova ya lo anunciaba en la puerta: Taberna Atípica. Es probable que tenga razón, del trasiego de la barra podemos pasar a una buena mesa casi de un tropezón. No hay grandes aperitivos si lo que vas buscando es el cañeo bien untado y por la patilla. Alimentas el trago a golpe de platos de canapés sin alardes y que pasan de mano en mano. Riki tiene claro lo que quiere. Es persona atípica, como su local. Da conversación a todo el que se precie en un ambiente informal. Llama la atención la variedad de parroquianos que frecuentan la taberna.
Brandada de bacalao con confitura de cebolla y chips de yuca

La primera impresión es que no encuentras nada diferente de lo que puedes ver en cualquier establecimiento a la hora del aperitivo, pero si a Ricardo le buscas, le vas a encontrar.
- ¿Otra caña?
- A mi me apetece picar algo…
Miramos unas pizarras colgadas en la pared en las que se han escrito sugerencias, esta vez, típicas: Cocido los viernes, pimientos del piquillo rellenos de rabo de toro, croquetas... Paciencia, la sugerencia no tarda en llegar en forma de pincho de brandada de bacalao con confitura de cebolla y chips de yuca.
Supongo que a muchos de vosotros ya no les diga nada estos nombres, por los cuales tienes la sensación de comerte un verso suelto de Espronceda y no un tentempié que ha merecido uno de los premios en el concurso de tapas de la taurina localidad madrileña. Hay veces que nos hemos comido más los nombres que los productos con un resultado decepcionante. Os garantizamos que este no es el caso.
¡Qué rico! La confitura es confitura, con un color anaranjado y una textura sutil como una brisa, y no una amalgama azucarada con descaro como se suele presentar en multitud de locales de postín. Solamente este detalle te garantiza el nivel del pincho, que tiene como protagonista una suave brandada con unos crujientes chips de yuca en forma de peineta. Todo ello sobre un buen pan tostado, importantísimo esto último, con lo que cuesta echarse a la boca una rebanada de pan como Dios manda.
Berenjena rellena de carne con aceite de perejil y gratinada.



Una vez conquistados por el paladar, decidimos pedir algo más a la vez que damos buena cuenta de una botella de Sodupe, un crianza riojano de Heredad Pangua con buen paso en boca y bastante redondo para su edad, y de nuevo nos dejamos agasajar por el anfitrión. ¡¡Fijaos!! Una berenjena rellena de carne y gratinada. Con un par. Sin músicas celestiales ni rimas asonantes. Sencilla y llanamente una berenjena, pero ¡¡qué berenjena!! Una imagen vale más que mil palabras. Bien presentada y sabrosa, con su misma piel haciendo de molde y poniendo el toque crujiente a la fórmula magistral.
El rabo que prepara Ricardo Casanova no admite florituras.
El detalle y distinción de esta casa está en la sencillez y en la profesión que hay en sus fogones. Casanova y su ayudante de cocina, la ecuatoriana Mercedes Pazato, son honestos por su planteamiento. Todo se resume en un simple buen trato al género. Esta filosofía abofetea a quien quiere firmar con una estilográfica lo que hay que sellar con los dedos.
Para terminar, nuestras 'pupilas gustativas' se abrieron de par en par para recibir un homenaje a la piel de toro. Esta vez no cabían las flores. Simplemente un rabo de toro. El rabo de Ricardo Casanova. Potente, con una salsa ligada y gelatinosa. Imposible resistirse a la tentación de rechupetear los huesos. Ahí es nada.
Si os preguntáis por la intimidad de las mesas en donde puedes sentarte plácidamente a disfrutar del festín gastronómico de esta humilde y atípica taberna, os dejaremos con la incógnita. Averiguadlo vosotros mismos. Os será grato, seguro.



6 comentarios:

  1. Los de la última foto, no son de un grupo o algo así?

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  2. Que vais a la Plazita,
    donde mi amigo Richi y no me dais un toqueeeeeee

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  3. Estupenda entrada! leída a estas horas es incluso peligrosa, qué ganas de probar todas y cada una de las exquisiteces que habéis plasmado con el realismo y la ilusión de quien disfruta lo que hace ;). Sin duda no dejaré de pasar por La Plazita. Muchas gracias por compartir vuestra visión!!

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  4. A quien preguntó quienes son esos tipos de la última foto le sugiero que se lo pregunte a "raspazamorana". Es este tipo quien te dará la solución.

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  5. Gracias por el comentario, "anónimo". La intención es reflejar lo que se vive, para bien o para mal.

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